Teresa Ballester Artigues
Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca de La Marina Alta, de la que es cabecera, que tenía 13.063 habitantes en 1930 y 12.323 en 1940. El 65% de la población activa trabajaba en el sector primario -jornaleros y marineros, sobre todo-, existían unas fábricas de juguetes y talleres mecánicos, y el sector terciario era el más importante de la comarca, con un 30% de la población activa. A primeros de siglo XX hubo algunos intentos de crear alguna organización socialista, que no fructificarían hasta los años treinta. La CNT tenía gran influencia en el movimiento obrero, en los años posteriores a la primera guerra mundial, cuando se fueron creando sociedades de Obreros Marítimos -con más de quinientos socios en 1923-, obreras de la pasa -El Despertar Femenino-, Albañiles, Trabajadores Agrícolas, el Ramo de la Madera, Dependientes Mercantiles, Obreros de carga y descarga en el puerto y Ferroviarios. En el Congreso de la Comedia la Federación local de Sociedades Obreras, afecta a CNT, estuvo representada con más de dos mil adherentes. En los primeros años veinte protagonizaron varios conflictos sociales. Esta fuerte tradición anarquista decayó bastante al parecer durante la II República, pues si en el Congreso de 1931 de la CNT estuvieron representados 2.647 trabajadores de la localidad, en el de 1936 lo estuvieron apenas un centenar1.
En 1933 se organizaron en Dénia la Agrupación Socialista y la UGT, que contaba con sociedades de Jugueteros, Empleados de banca, Peones y Dependientes de comercio, que crearon una Casa del Pueblo. Otras organizaciones afectas a UGT eran los Trabajadores de la Tierra y la Sociedad de Oficios Varios. Los afiliados a la AS oscilaban entre los 23 y los 52, y las Juventudes Socialistas se fundaron en 1934.
En 1929 se fundó Fraternidad Republicana, que presidió durante muchos años José Calafat Cabrera. En las elecciones municipales de 1931 ganaron los republicanos, agrupados en Alianza Republicana, que sacaron once concejales, por siete los conservadores y uno los socialistas, pese a no estar organizada la Agrupación. Algunos de los republicanos habían sido, hasta poco antes, monárquicos, y eligieron alcalde al citado José Calafat Cabrera. A lo largo de la República se fueron consolidando varios partidos, como el Radical, el Republicano Radical Socialista -luego, IR- y la DRA, que sería más tarde el vivero del que saldrían las primeras autoridades franquistas.
Durante la guerra, las Juventudes Libertarias contaban con 300 afiliados y la JSU con 240, de los cuales 70 estaban en el frente. La CNT dobló sus fuerzas de los mejores tiempos y llegó a tener más de cinco mil afiliados. Junto con la UGT, colectivizaron la industria pesquera, las aserrerías, las fábricas de juguetes -que pasaron a producir material de guerra-, varias fincas agrícolas y prácticamente toda la economía. El PCE se constituyó en enero de 1936 y a finales de ese año tenían 70 militantes -solo una mujer- más 170 que estaban en el frente. Tuvieron, junto a CNT, FAI, UGT, IR y PSOE, representación en el Consejo Municipal y uno de sus más destacados militantes, el obrero metalúrgico Juan Ivars Ronda, “Roqueta”, ocupó la alcaldía desde diciembre de 1937 hasta su marcha al frente. El PCE propició la aparición de una sección de la Federación Provincial Campesina que, a su vez, organizó una Cooperativa Agrícola.
Fueron víctimas mortales de la represión republicana treinta y nueve vecinos, de los cuales 15 fueron sacados del depósito municipal y asesinados el 2-XI-1936, y sus cuerpos fueron arrojados al Avenc de Xàbia. El resto fue “paseado” entre agosto y noviembre de 1936, en la Plana de Xàbia, Pedreguer, Oliva y Tabernes. Cuatro eran religiosos, quince propietarios e industriales y ocho tenían profesiones liberales y desempeñaban cargos oficiales. En cuanto a la adscripción política, pertenecían en su mayoría a DRA. En sepiembre de 1936 y según la Causa General, fueron saqueados el registro de la propiedad y dos notarías, destruyéndose numerosos documentos, y se procedió a la destrucción de objetos religiosos en la Iglesia parroquial, en los conventos de San Antonio y las Agustinas Descalzas, en las Iglesias de La Xara y Jesús Pobre y en la ermita de Santa Paula. Ciento ocho vecinos fueron declarados “desafectos” a la República y en febrero de 1937 veintiuno comparecieron ante un Tribunal Popular en Alicante, pero solo cinco fueron condenados a internamiento en campos de trabajo.
Los represaliados por el franquismo tenían profesiones muy diversas, predominando las del sector servicios incluso por encima de los jornaleros: eran chóferes, albañiles, empleados de banca, barberos, funcionarios municipales, panaderos, camareros, carpinteros, oficinistas, etc. Además, algunos trabajadores en serrerías o fábricas de juguetes y maestros. Fueron acusados, además de los delitos reseñados en la Causa General, de haber sido dirigentes de partidos y sindicatos afectos al Frente Popular, de los Comités de Enlace, Salud Pública e Incautación de Fincas, y de ls Colectividades Campesinas; haber sido milicianos y haber marchado voluntariamente al frente -muchos de ellos en el Batallón Juan Marco-, obteniendo alguna graduación militar; haber intervenido en registros, requisas, recogida de armas a personas de derechas o incautación de fincas urbanas, donde se instaló a refugiados o a convalecientes de las Brigadas Internacionales; haber exaltado la “causa roja”, haberse jactado de “hechos vandálicos”, etc.
Fueron condenados a la pena de muerte cerca de cincuenta vecinos de Dènia, aunque a seis de ellos se les conmutó esa condena por la de 30 años de reclusión menor, que también se aplicó a siete personas más. Entre los condenados a muerte se encontraban algunos -otros, marcharon al exilio- de los que estaban acusados de recorrer la comarca con el tristemente célebre coche denominado “la Pepa” y que cometieron varios asesinatos, entre ellos los de aquellas personas que fueron arrojados al Avenc en Xàbia; sin embargo, a otros se les condenó a esa pena sin estar acusados de delitos de sangre. Fueron ejecutados en Dénia, Alicante, Palencia y Alcira. Del resto de las penas, que iban desde los 20 años y 1 día de reclusión mayor hasta el año de prisión menor destacan los condenados a 12 años y 1 día por auxilio a la rebelión. Hay que tener en cuenta que desconocemos el resultado de una gran cantidad de procesos, casi noventa.
En noviembre de 1939 estaban encarcelados en la localidad -en el campo de concentración “España”, en los almacenes Morand, en la cárcel de partido y otras dependencias- unas 750 personas de diversas localidades de la comarca y de la provincia. Más adelante, fueron enviados en su mayoría a Portaceli y Alcira, en la provincia de Valencia, o a las cárceles de la provincia de Alicante. Alcoi, Orihuela, Elche, Monóvar o el Reformatorio de la capital. Además estuvieron presos preventivamente o cumplieron condena en los campos y cárceles de San Juan de Mozarrifar, Madrid, Valencia -San Miguel de los Reyes y Santa Clara-, Lleida, Figueres, Toledo, los penales de El Dueso, Burgos y Formentera, etc. Además muchos vecinos fueron destinados a Colonias Penitenciaras o Batallones de Soldados Trabajadores en Dos Hermanas, Añover del Tajo, Talavera, Teruel, Belchite, el pantano de Benagéber en Valencia, Quinto de Ebro, etc.
La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a más de 75 personas:en casi todos los casos, no les pudo sancionar económicamente por no disponer de bienes y fueron condenados a inhabilitación para ocupar cargos públicos -que, dados sus antecedentes, era difícil que ocupasen- durante dos o cinco años. En cuanto a la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo se aplicó en muy contados casos: en Dénia, los iniciados en la logia “Diana” eran súbditos ingleses o habían ya fallecido -uno de ellos, Luis de Diego Arguimbau, fue víctima de la violencia republicana-, y solamente se condenó a a cuatro de ellos a penas de prisión o inhabilitación para cargos públicos.
Fueron muchos los vecinos de Dénia que marcharon al exilio, en algún caso huyendo de graves responsabilidades. Estuvieron en Túnez, Argelia,y Francia y ya en los años cincuenta algunos fueron volviendo a su ciudad natal, de forma temporal. Cinco fueron enviados a los campos de exterminio nazis y solamente uno, Vicente Pérez Bolufer, sobrevivió. La incorporación de la mujer a la vida política y sindical en Dénia no debió de ser muy intensa en los años de la República y la guerra civil: de las represaliadas por el franquismo, varias fueron juzgadas por encubrir a un familiar-siendo absueltas en Consejo de guerra-, dos eran maestras y solamente seis de ellas fueron condenadas a distintas penas de cárcel. En cuanto a los acusados de delitos posteriores a abril de 1939, tampoco fueron muy numerosos: además de algunos arrestados durante unos días por haberse reunido, siendo de antecedentes extremistas, a comer y de otros sancionados por proferir frases contra el Régimen, tenemos noticia de tres detenidos en 1943 porque la guardia civil los consideraba “peligrosos”, y de otro, acusado en 1947 de intentar reorganizar, con otros, la CNT-FAI en la provincia.
(1). Para lo ocurrido en Denia en los años treinta, véase BALLESTER ARTIGUES, Teresa, La Segona República a Dènia (1931-1939). Edicions del Bullent – Ajuntament de Dènia. 2008.