Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca de la Vega Baja del Segura, que tenía 809 habitantes en 1930 y 981 en 1940. No parece que existiera en esta población, antes de 1936, una gran organización obrera, en la que de todos modos predominaba la UGT, con una Sociedad Agrícola creada en 1929. En 1932 fue organizada la Agrupación Socialista, había pocos afiliados a la CNT durante la guerra, así como un Radio del PCE, que no funcionaba demasiado bien, aunque propició la creación de una Cooperativa afecta a la Federación Provincial Campesina.
Según la Causa General, hubo tres víctimas mortales durante la guerra: dos sacerdotes que estaban refugiados en una casa, que fue cercada por milicianos, que finalmente los detuvieron y subieron a un coche, apareciendo luego sus cadáveres en la carretera cerca de Albatera; y un anciano de 83 años, obrero agrícola afiliado a la extrema derecha, que fue asesinado cerca de La Matanza (Orihuela). Fueron acusados de estas muertes varios miembros del Comité Revolucionario, junto a milicianos de San Bartolomé (Orihuela). Además, en septiembre de 1936 fueron incendiadas las imágenes y ornamentos sagrados de la Iglesia, que fue convertida en almacén, depósito de ganado, cárcel de personas de derechas e incluso se utilizó para algunas funciones de teatro para recoger fondos para la guerra. Doce vecinos fueron declarados desafectos.
Ya en 1920 300 hombres y 250 mujeres se ocupaban en las tareas agrícolas. Eran, pues, jornaleros y pequeños propietarios la mayoría de los represaliados durante el franquismo, Trece vecinos, acusados de los hechos relatados en la Causa General, fueron condenados a muerte, aunque a nueve de ellos se les conmutó la pena por la de 30 años de reclusión mayor. Contra ellos y contra otros condenados -dos por adhesión a la rebelión, el resto por auxilio a la rebelión- fueron acusados de haber tomado parte en los citados asesinatos y destrucción de la Iglesia, en detenciones, requisas e incautaciones, así como por haber sido milicianos y haber marchado voluntariamente al ejército republicano, así como por haber desempeñado cargos directivos en el Ayuntamiento o en el Comité Revolucionario. Cumplieron condena en las cárceles de Orihuela Elche, Novelda, el Reformatorio de Alicante y los penales de Ocaña y El Dueso. Algún vecino fue enviado al Batallón de Soldados Trabajadores nº 63 en Valencia. Los falangistas de la localidad desarrollaron una gran actividad para detener y denunciar a varios vecinos.
Un vecino, Pedro Belmonte Mateo, fue condenado a dos penas de 30 años por adhesión a la rebelión, en Consejos de guerra celebrados en Orihuela, en 1939, y en Alicante, en 1942, pero ambas condenas se fundieron en una sola pues el máximo de cárcel a cumplir eran los 30 años: llegó a redimir 4.299 días de condena y no salió en libertad condicional hasta 1949. También Francisco Cutillas Boj fue condenado en dos Consejos de guerra, a 8 años en 1941 y a 30 en 1943.
Se aplicó la Ley de Responsabilidades Políticas a 15 vecinos, muchos se exiliaron a Francia y solo fue represaliada una mujer, la maestra Carlota Duarte Marín que fue sancionada al ser acusada de irreligiosa, por haber retirado o hecho retirar cuadros de tema religioso de la escuela y ser marxista antes de la guerra. En un primer momento fue enviada a Arroyuelo (Burgos). Otro maestro, Dionisio Catalá Aragonés, fue declarado cesante al no presentarse a su destino.