Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca de Vinalopó Mitjà, que tenía 1.667 habitantes en 1940. No había tradición obrerista en Algueña. Durante la guerra tenemos noticia de la existencia de una Agrupación Socialista -que en 1938 aún no había formalizado su ingreso en el Partido-, un Radio del PCE -dependiente de la comarcal de Novelda- y una sección de la Federación Provincial Campesina, un Sindicato de Oficios Varios y una sección de la Federación de Trabajadores de la Tierra afectas a UGT, y organizaciones de IR y CNT -ésta última, según se desprende de una sentencia, se creó para proteger a personas de derechas-.
Según la Causa General, entre septiembre y octubre de 1936 fueron asesinados seis vecinos de la localidad -directivos en su mayoría del Sindicato Agrícola Católico-, y un séptimo lo fue en diciembre, en el frente. Además, en el verano de 1936 se produjeron el asalto al Sindicato Agrícola, la destrucción de altares y el incendio d objetos de culto e imágenes de la iglesia y dos ermitas, y el saqueo de dos domicilios particulares. De los acusados de esos delitos, seis se exiliaron -entre ellos el alcalde y el presidente del Comité Revolucionario-.
Aunque predominaban entre los represaliados por el franquismo los jornaleros y labradores, hubo varios que tenían otras profesiones, como chófer, albañil, panadero, contable, funcionarios municipales, etc. Un caso muy relevante -que ha sido estudiado por Pedro Payá López- fue el del médico Trinitario Navarro Mira que fue juzgado en Consejo de guerra en tres ocasiones, siendo en la primera condenado a muerte y en las dos siguientes, a 30 años de reclusión mayor, al parecer por denuncias de otro médico de la localidad y de varios vecinos y a pesar de presentar muchos avales de su conducta durante la guerra.
La mayoría de los represaliados -veintiocho hombres y tres mujeres- fueron juzgados en un solo Consejo de guerra, celebrado en Alicante el 29 de marzo de 1940: varios de ellos fueron condenados a muerte. Las acusaciones fueron, además de haber participado -por acción o por omisión- en los hechos arriba reseñados, haber sido milicianos, haber intervenido en detenciones y en la recaudación de dinero para las milicias, haber desempeñado cargos directivos en el Consejo Municipal o el Comité Revolucionario de Defensa, haber marchado voluntario al frente y haber hecho propaganda “de sus ideales”.
Las condenas oscilaron entre la pena de muerte -que fue conmutada en algún caso por la de 30 años- y la de tres meses de prisión: las más frecuentes fueron las de 12 años y 1 día de reclusión menor y la de 1 año de cárcel, que se aplicó a diez vecinos, algunos por excitación a la rebelión y a pesar de que en la sentencia se reconocía que no cometieron delito alguno. Estuvieron presos en Novelda, Monóvar, Alicante, Elche, Valencia, Teruel, Barcelona y otras prisiones, y varios fueron enviados a trabajar en Colonias Penitenciarias o Batallones de Soldados Trabajadores en Añover del Tajo, Arenas o Dos Hermanas.
La represión contra las mujeres fue especialmente intensa en esta localidad, por su implicación en la vida política o sindical, acusadas en varios casos de haber tomado parte en el incendio de imágenes sagradas. El citado médico Navarro Mira fue, además, y ya en 1948, condenado a 12 años y 1 día de reclusión por el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo. Un vecino de Algueña fue internado en un campo de concentración nazi, del que consiguió sobrevivir y fue liberado en 1945. La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a seis personas, que fueron condenadas -dada su insuficiencia económica- a dos años de inhabilitación para cargos públicos. Según Pedro Payá, dos vecinos de la localidad murieron en prisión.