Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca del Alto Vinalopó, que tenía 17.638 habitantes en 1930 y 19.065 en 1940. Ya desde los primeros años del siglo XX, el predominio socialista en el movimiento obrero local era muy relevante: en la primera década se constituyeron la Agrupación Socialista y las Sociedades Obreras, afectas a la UGT, de Obreros Agrícolas ("La Constancia", con más de mil afiliados), Albañiles, Zapateros ("El Progreso"), Ebanistas ("La Fraternidad"), Encordadoras de Sillas y Oficios Varios ("La Prosperidad"). Desde 1904 se agrupaban los obreros de Villena en un Centro Obrero pagado con sus aportaciones, y a partir de 1909 ya hubo concejales socialistas en el Ayuntamiento. En la segunda década se constituyó la Juventud Socialista, se organizaron los alpargateros, los obreros de Fábricas y Almacenes y las mujeres, en un grupo llamado "La Esperanza"; la Agrupación Socialista llegó a contar con 40 afiliados, tenía dos concejales en 1915, un orfeón, un cuadro artístico, una escuela diurna y otra nocturna y una cooperativa de zapateros. Extendieron la doctrina socialista a localidades como Canyada, Beneixama y Caudete, y en 1920 consiguieron crear la Federación Agraria de Levante, con sociedades obreras de Valencia, Alicante y Albacete. Especial relevancia tuvo la huelga general revolucionaria de 1917: se cortaron las comunicaciones y la vía férrea, la guardia civil disparó contra los huelguistas, fueron detenidos y encarcelados muchos vecinos, entre ellos varios concejales del PSOE, y fue clausurado el Centro Obrero1.
Con algún pequeño antecedente, los anarquistas comenzaron a organizarse en los años veinte, con algún grupo ácrata como "Paso a la anarquía" y una presencia mínima en alguna sociedad obrera, como la de Ebanistas. En 1930 crearon un Ateneo Ecléctico Popular. Pero mayoritariamente la clase trabajadora de Villena siguió en las filas de la UGT, creándose nuevas sociedades como las de Dependientes y Obreros Municipales, Ferroviarios, Toneleros, Ganaderos, Empleados de Banca, Artes Blancas, Carpinteros, etc. Ya en guerra, estaban organizados en la UGT prácticamente todos los oficios de la localidad, aunque también eran ya numerosos los sindicatos afectos a la CNT. La Agrupación Socialista tenía, en los años treinta, en torno a los cien afiliados, cifra similar a la que alcanzó, ya en guerra, el Centro Instructivo Socialista de La Encina, que atravesó una grave crisis tras la huelga revolucionaria de 1934. Había alguna organización republicana, sobre todo del PRRS y luego de IR. En cuanto al PCE, que llegó a desaparecer durante la dictadura, se desarrolló ya en 1936 a partir de la JSU. Crearon un radio en Villena y otro en La Encina, tenían una sección de la Federación Provincial Campesina, que llegó a contar con 230 socios.
En las elecciones municipales de abril de 1931 los socialistas, con ocho concejales, eran la minoría mayoritaria y gobernaron el municipio hasta que fue depuesto el consistorio tras los sucesos revolucionarios de 1934, que también tuvieron grandes repercusiones en la localidad. En los meses previos a la guerra civil y tras el claro triunfo de la izquierda en febrero de 1936, hubo bastantes incidentes violentos, en un ambiente de gran enfrentamiento entre izquierdas y derechas2. Después del golpe de estado de julio de 1936, prácticamente toda la actividad económica de Villena fue colectivizada o controlada, agrupándose muchos sectores en el Consejo Regulador de la Economía Socializada (CRES). Fueron incautadas más de cien fincas agrícolas y otras tantas urbanas, constituyéndose varias Colectividades afectas a la CNT y a la UGT3.
Según la Causa General, fueron víctimas de la violencia republicana, sobre todo en el verano de 1936, catorce personas, aunque algunas no aparecen luego en la relación de "vecinos asesinados por los rojos" que el Ayuntamiento elaboró en 1944: se trataba de propietarios, guardias civiles, escribientes, comerciantes y un sacerdote, afiliados en su mayoría a la DRV, si bien otros pertenecían a Falange o a la JAP. Más adelante, se abrió información sobre el asesinato de otras tres personas, dos hermanas y un vecino cuyo cadáver apareció en Teruel. Especial gravedad revistieron los ataques contra iglesias y ermitas, que ya comenzaron en mayo de 1936, al ser incendiadas y saqueadas varias ermitas y capillas, e incluso algunas iglesias. Estos hechos se repitieron en agosto, afectando al santuario de la Virgen de las Virtudes -en el que fue quemada la imagen de la patrona de la localidad-, las iglesias de Santa María, la Congregación y Santiago, las Escuelas Salesianas, etc. Muchos vecinos de derechas fueron encarcelados y 137 fueron declarados "desafectos" a la República.
Los represaliados por el franquismo tenían profesiones muy diversas, predominando los agricultores, ebanistas, albañiles, empleados de banca, comerciantes, chóferes, oficinistas, maestros y ferroviarios. Fueron acusados de los delitos descritos en la Causa General, pero también de haber desempeñado cargos dirigentes en los partidos y sindicatos afines al Frente Popular, en los distintos Comités responsables de las empresas y fincas rústicas colectivizadas o incautadas; haber intervenido en incautaciones, detenciones, amenazas a presos; haber sido testigos de cargo en juicios ante los Tribunales Populares; haber exaltado y hecho propaganda de la "causa roja" y haber denostado a la Causa Nacional; haber participado en huelgas y manifestaciones antes de julio de 1936, o en los sucesos revolucionarios de 1934; haber formado parte de la expedición que recuperó para la República las localidades de Almansa y Albacete; haber sido miliciano o haber marchado voluntariamente al frente, obteniendo alguna graduación; no haber entregado o haber escondido armas, etc. Otras acusaciones fueron más pintorescas: haber asistido a reuniones de jóvenes en las que, con la excusa de formar un equipo de fútbol, se difamaba a la Causa Nacional ; y la que, en marzo de 1940, llevó ante la Justicia Militar a 32 vecinos, antiguos miembros de la CNT y de la UGT, porque aparecieron en dos calles de la localidad unos letreros que decían "¡Viva la Revolución!" y unas calaveras bajo las cuales aparecían las siglas CNT: todos ellos, y otros interrogados, hasta cincuenta, negaron cualquier implicación en ese hecho4.
Como desconocemos el resultado de casi 150 procesamientos de vecinos de Villena, los datos sobre las condenas en Consejo de guerra han de ser forzosamente aproximativos. Fueron condenados a la pena de muerte, por adhesión a la rebelión, 49 vecinos, pero solamente fueron ejecutados 25. Al resto se le conmutó la pena por la de 30 años de reclusión mayor, condena que se aplicó a 19 vecinos más. De las condenas a muerte fueron especialmente injustas las que llevaron al paredón a Alicio Llebres Román y José María Sáiz Cáceres, en junio de 1939, ambos por hacer unas pintadas con vivas a la República y a la libertad5. Además, la muerte de Domitilo Sanz, atribuida a suicidio, fue muy posiblemente consecuencia de las torturas que sufrió en septiembre de 1939. La mayoría de los juzgados por Consejo de guerra fueron condenados por auxilio a la rebelión y muy pocos por excitación a la rebelión: las penas más frecuentes fueron las de 20 años - 23- y 12 años y 1 día de reclusión mayor -más de 60-, y los 6 años y 1 día de prisión menor -en torno a 40-.
Fueron muy numerosos los campos de concentración y cárceles en que estuvieron, preventivamente o cumpliendo condena, los vecinos de Villena, donde muchos comenzaron su periplo carcelario, entre malos tratos, en el almacén de Máiquez y en la sede de FET y de las JONS. Pasaron luego por las prisiones de Monóvar, Elche, Novelda, Albacete, el Reformatorio de Alicante, el campo de concentración de Albatera, los penales de El Dueso, Formentera y Ocaña, las cárceles de Pamplona, Madrid -Yeserías, Carabanchel-, Valencia -San Miguel de los Reyes, Santa Clara-, Oviedo, Teruel, Valdenoceda o San Juan de Mozarrifar, etc. Y muchos fueron enviados a trabajar en Colonias Penitenciarias o Batallones de Soldados Trabajadores en Dos Hermanas, Talavera, Alcalá de Henares, Aranjuez, Belchite, Cuelgamuros y las obras del ferrocarril Madrid-Burgos.
La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a cerca de 150 vecinos, pero las sanciones económicas y de limitación de la libertad de movimientos fueron escasas: una multa de 4.500 pesetas y el extrañamiento durante 15 años -éste, aplicado al dirigente socialista José Cañizares Domene, que se encontraba ya en el exilio-. El TRMyC investigó a varios vecinos de Villena que, en algún momento, pertenecieron a logias masónicas instaladas en Alicante (Constante Alona) y en Elda (Amor). Dos vecinos fueron internados en los campos de exterminio nazis, consiguiendo sobrevivir uno de ellos. Un vecino, preso en Orihuela, murió por disparos de un centinela; otros tres fallecieron por causas naturales -agravadas sus enfermedades por las malas condiciones de la cárcel- y una presa vio morir de septicemia a una hija suya.
La represión contra las mujeres tuvo una especial incidencia en Villena: hemos contabilizado -al margen de otros casos de los que desconocemos las sentencias- más de cuarenta condenadas en Consejo de Guerra por su actividad política y sindical -en algunos casos, con anterioridad a la guerra civil-, además de algunas maestras represaliadas y otras mujeres que marcharon al exilio. Varias hermanas, conocidas con los apodos de “las Cholinas”, las “Terribles”, o “las Perlitas”, fueron condenadas, acusadas de participar en tumultos y manifestaciones, ser “deslenguadas” e “insultadoras”.
Fueron muchos los vecinos de Villena que marcharon al exilio -en el Stanbrook embarcaron, al menos 28- y se asentaron en el Norte de África, México, Francia y Argentina. Por hechos posteriores a abril de 1939 fueron detenidas, procesadas y en algunos casos condenadas muchas personas en la década de los cuarenta: al menos diez fueron detenidos en 1943 gubernativamente porque la guardia civil los consideraba “peligrosos”; cuatro lo fueron en 1946 por su pertenencia al PCE, dos en 1947 por intentar reorganizar la CNT-FAI, otro en 1952 por supuesto contacto “con bandoleros” -es decir, con los guerrilleros antifranquistas-, varios por proferir determinadas frases contra el Régimen6, etc.
(1) MORENO SÁEZ, Francisco, Las luchas sociales en la provincia de Alicante (1890‑1931). UGT. Alicante. 1988.
(2) COSTA VIDAL, Fernando, Villena durante la segunda República. Vida política y elecciones. Alicante, 1989.
(3) Fundamental para conocer lo ocurrido en Villena durante la guerra civil y el primer franquismo es el libro de LÓPEZ HURTADO, César, Villena roja. 1936-1939. Represión de guerra y posguerra. Villena, 2010.
(4) AHPA. Legajo 2334. Poco antes, en enero, fueron detenidos varios jóvenes, algunos menores de edad, porque aparecieron pintadas en algunas calles unas calaveras con un letrero que decía “Banda de Peligro Anima". Los detenidos alegaron que querían crear una comparsa y las calaveras imitaban las que salían en la película "El capitán Blood” (AHPA. Legajo 2334).
(5) En enero de 1940 el alcalde informaba al Gobernador Civil de que “a los pocos días de haber sido puestos en libertad varios detenidos que se encontraban a disposición de las Autoridades Militares, han aparecido en esta población signos de carácter revolucionario y otros amenazadores para la Causa Nacional, así como una corona de flores en el mismo lugar donde fue fusilado, por fallo del Tribunal Militar, Alicio Llebrés Román" (Fuente: AHPA. Legajo 3460).
(6). José Andrieux Ratié, ciudadano francés propietario de una sociedad eléctrica y persona “de orden”, estuvo en 1941 detenido por espacio de 24 horas “por haber proferido palabras contra el Jefe del Estado alemán, en una conversación que sostuvo con un individuo” (Fuente: AHPA. Legajo 1097).