Francisco Moreno Sáez

Localidad perteneciente a la comarca de l'Alcoià, que tenía 1.144 habitantes en 1930 y 1.103 en 1940. Sabemos de la existencia en Penáguila de alguna organización de IR, UGT, CNT, PSOE, SRI y PCE, cuyo Radio estaba integrado en la comarcal de Alcoi.

La Causa General recogía, como único delito ocurrido durante a guerra civil, el 9-VIII-1936, la destrucción y quema de altares e imágenes de la Iglesia Parroquial, de las ermitas de Vitol de Valor, Vizuela y La Roqueta, e incluso de las estampas, libros, cuadros y objetos religiosos existentes en domicilios particulares. Citaba como sospechosos a diez vecinos de la localidad, nueve de los cuales -el otro estaba en Francia- fueron juzgados en septiembre de 1939 en Alcoi y condenados a 12 años y 1 día de reclusión menor por auxilio a la rebelión. Sin embargo, poco después el cura párroco, el alcalde y el jefe local del Movimiento remitieron a la Autoridad Militar un escrito en que aseguraban que éste delito fue cometido por una centuria que llegó de Alcoi armada con fusiles y ametralladoras y obligó a los inculpados a colaborar en el incendio de la Iglesia; de hecho, todo el vecindario defendió al cura párroco y prestó hospitalidad a sacerdotes, religiosos y personas católicas, durante la época roja. Se procedió entonces a la reducción de la condena de los condenados, a 6 años y 1 día.

Los represaliados durante el franquismo, además de los ya citados condenados por la destrucción de imágenes, fueron acusados de algunas requisas o de haber ocupado cargos en el Ayuntamiento -aunque su actuación hubiese sido "moderada""-. No hubo ningún condenado por adhesión a la rebelión. Estuvieron presos en el Campo Oliver y la cárcel de Alcoi, el Reformatorio de Alicante y la prisión de Barcelona, Un vecino fue enviado a trabajar en Dos Hermanas, en el Canal de Riego del Bajo Guadalquivir.

Dos vecinos de Penáguila, Miguel Llorens Ortiz y Manuel Mullor Catalá, fueron deportados a los campos de concentración nazis y murieron en Gusen en 1942. Se le aplicó la Ley de Responsabilidades Políticas a cuatro vecinos. Ninguna mujer sufrió represalias. Por escribir, en marzo de 1944, en una carta enviada a Marruecos -que fue interceptada por la censura- que ya estaban pasando las nubes y clareaba el día, y pronto se haría un recuento del pasado y se ajustarían cuentas, fue de nuevo encarcelado José Pérez Climent.