Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca del Comtat, que tenía 3.780 habitantes en 1930 y 3.788 en 1940. A principio del siglo XX existía en Muro un Círculo Católico Obrero. En agosto de 1917 tuvo lugar una huelga de obreros agrícolas en la que consiguieron un aumento en los salarios. Ya en 1920 “La Unión Obrera” contaba con 248 afiliados. Los papeleros se agrupaban en la Sociedad “La Mundial”, afecta a UGT, sindicato que llegó a contar con 600 afiliados. La Agrupación Socialista se integró en la Federación Provincial Socialista en julio de 1930, tenía durante la guerra entre 15 y 20 afiliados. El Radio del PCE, integrado en la comarcal de Alcoi en 1937 y en la de Cocentaina en 1938, funcionaba bastante mal y sus militantes estaban desorientados ante la consigna de crear una sección de la Federación Provincial Campesina, cuando eran ellos los que dirigían tanto la UGT en general como la Federación de Trabajadores de la Tierra en particular. La JSU contaba con 110 afiliados de los cuales 102 marcharon como voluntarios al frente en los primeros días de la guerra. Menos influencia tenían IR, la CNT y las JJLL.
Según la Causa General, hubo durante la guerra trece víctimas mortales entre los vecinos de la localidad: en agosto de 1936 fue asesinado el cura párroco de Gorga, en octubre once vecinos, de partidos de derechas, sobre todo DRA y Falange, en un “paseo” masivo, en un mismo día, siendo sus cuerpos abandonados en distintas localidades; y un industrial que había sido alcalde, cuyo cuerpo no fue encontrado. La Causa General acusó de estos crímenes a los componentes del Comité Revolucionario, entre ellos dos alcaldes socialistas, que se encontraban en el extranjero, aunque admitía que “los elementos que no pudieron huir daban toda la culpa a los que ya se encontraban muertos o en el extranjero”. Lo que es evidente es que la muerte de los once vecinos no se puede atribuir a grupos incontrolados. En los últimos días de julio de 1936 se produjeron el saqueo y destrucción de las Iglesias, imágenes sagradas y objetos de culto, que la Causa General atribuía también a órdenes del Comité Revolucionario. Treinta y cinco vecinos fueron declarados facciosos.
Durante el franquismo, los represaliados fueron, sobre todo, papeleros y campesinos, y en menor medida desempeñaban otros oficios, como ferroviarios, albañiles, carpinteros, contables, etc. Fueron acusados de haber desempeñado cargos directivos en distintas organizaciones o en el control de las fábricas, haber participado en el asalto al cuartel de Alcoi, haber sido milicianos o voluntario, haber participado en la destrucción de imágenes sagradas, denuncias y detenciones de personas de derechas que fueron posteriormente asesinadas. Tres vecinos fueron condenados a muerte por adhesión a la rebelión: Raimundo Cots Alonso, miembro del Comité Revolucionario, el maestro Luis Rovira Miralles y Juan Giner Andrés, que tal vez fuese vecino de Alcoi, acusado del asesinato del cura de Gorga. El resto fue condenado a penas muy diversas, predominando las condenas a 12 años y 1 día de reclusión menor y a 6 años y 1 día de prisión. Estuvieron encarcelados en el campo de concentración Oliver, las prisiones de Alcoi, Xixona, Alicante, San Juan de Mozarrifar o San Miguel de los Reyes, y algunos fueron enviados a Batallones de Soldados Trabajadores en Marruecos. Tanto éstos últimos como aquellos que regresaban del servicio militar con la calificación de “sospechosos”, eran sometidos “a discreta vigilancia” por la guardia civil, cuyos informes solían ser mucho más tendenciosos que las propias sentencias de los Consejos de guerra.
Tres vecinos de la localidad, Joaquín Calatayud Bas, Vicente Tomás Mogino y Antonio Carbonell Nicolau perecieron en Hartheim y Gusen, víctimas de los nazis. A catorce vecinos se les aplicó la Ley de Responsabilidades Políticas, siendo un exiliado el único que fue sancionado económicamente, con pérdida de bienes, inhabilitación y confinamiento en África durante 15 años. Algunos exiliados fueron autorizados a regresar, temporalmente, a finales de los años cuarenta y en los cincuenta. Tres mujeres fueron procesadas, una de ellas, sobre todo, por ser esposa de otro represaliado. Con posterioridad a abril de 1939, los únicos condenados lo fueron por injurias a Franco -cuatro años de prisión – o por gritar, en estado de embriaguez, “¡Viva Azaña!” -dos años de cárcel-, ambos en 1944.
En agosto de 1941 el jefe local del Movimiento ofició al gobernador civil para buscar una solución para el caso de una familia menesterosa, compuesta de mujer y tres hijos,que iba a ser desahuciada por falta de pago de su casa habitación, propiedad de un acaudalado propietario de Valencia, porque en ella no entraba ningún jornal desde el 10-IV-1939 fecha en que el marido y padre fue detenido y había permanecido hasta ese momento en el Reformatorio de Alicante, condenado a 12 años y 1 día por auxilio a la rebelión. El gobernador contestó que era asunto que dependía de la justicia y que, en todo caso, se tuviera en cuenta un decreto sobre auxilio a menesterosos, en caso de falta de pago de alquileres.
En junio de 1946 y por una denuncia de un médico de Alicante, la guardia civil siguió a varias mujeres de Muro -a cuyos maridos se les atribuían varios asesinatos y estaban huidos en el extranjero- que se desplazaban a Alicante, posiblemente, con la intención de tener noticias de sus maridos a través de algunos contactos con los marineros procedentes de África.