Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca de la Vega Baja del Segura, que tenía 3.551 habitantes en 1930 y 5.164 en 1940. En 1920, según fuentes oficiales, trabajaban la tierra 200 hombres y otras tantas mujeres. Según Miguel Ors, predominaba la pequeña propiedad, aunque había tres grandes propietarios, con fincas que tenían entre 300 y 1.000 tahullas. En 1936 existía una fábrica de conservas que siguió funcionando durante la guerra, controlada por UGT. El predominio caciquil reinante en Dolores quedó probado, de nuevo, cuando en las elecciones de abril de 1931 los once concejales elegidos eran monárquicos.
La Agrupación Socialista existía, al menos, desde marzo de 1934, tenía 30 afiliados en 1937 -año en que atravesó graves problemas internos, con la expulsión de uno de sus dirigentes-, que pasaron a ser 52 en 1938. UGT -en la que militaban miembros del PSOE y del PCE- tenía una fuerte Sociedad de Oficios Varios y también una Colectividad Agrícola. El Radio del PCE, que estaba integrado en la comarcal de Almoradí, tenía muy malas relaciones con los socialistas, que les acusaban de practicar una "política rastrera"", relaciones que mejoraron algo en 1938, cuando se constituyó el Comité de Enlace PSOE-PCE. El Radio del PCE contaba con tres células y organizó una sección de la Federación Provincial Campesina -""La Campesina""- y varios actos de propaganda. Estaban también organizados UR, IR, JSU y CNT-FAI.
No hubo víctimas mortales durante la guerra ni vecinos declarados facciosos. Según la Causa General, en agosto de 1936 se produjo el saqueo de la Iglesia, cuyas imágenes -algunas obra de Salzillo- y un magnífico órgano fueron destrozadas y quemadas: se acusó de estos ""actos vandálicos"" a veintidós personas, tres de los cuales estaban en rebeldía.
Los represaliados por el franquismo eran, en su mayoría, jornaleros agrícolas y albañiles; otros eran panaderos, chóferes o barberos. Fueron acusados de la citada quema de imágenes, haber desempeñado cargos en el Ayuntamiento, el Frente Popular, el Comité de Incautación de Fincas o los distintos partidos y sindicatos, haber sido milicianos y voluntarios al frente, haber intervenido en requisas y detenciones -con algún simulacro de fusilamiento-, haber maltratado a algunos presos o haber acudido a Torrevieja cuando fue asaltado el cuartel de la Guardia Civil, aunque no estuviera clara su participación en ello.
Los Consejos de guerra dictaron siete condenas a muerte -tres de las cuales, por hechos realmente nimios, de los que tratamos más adelante-; ocho condenas por adhesión a la rebelión y muchas, más de cincuenta, por auxilio o excitación a la rebelión. Estuvieron presos, además de en las cárceles de la provincia -la propia Dolores, Orihuela, Elche, Alicante, Novelda y Monóvar-, en los penales de Formentera, El Hacho y El Dueso, los campos de concentración de Burgos de Osma y Castuera, y fueron destinados a Batallones de Soldados Trabajadores o Colonias Penitenciarias Militarizadas en Peñaranda de Bracamonte, Nules o Toledo, entre otros lugares. La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a diecisiete vecinos.
Por hechos posteriores a abril de 1939 fueron procesados, juzgados o condenados varios vecinos: en 1940, uno por habérsele encontrado prensa y libros de carácter socialista en un registro en su domicilio; otro, por decir que el Gobierno estaba disuelto y que el verdadero gobierno estaba en París, formado por Azaña, Negrín y Pasionaria, con lo que vendría otra República democrática y la FET y de las JONS iría a parar a manos de los obreros; y un tercero, por haber hecho en un bar manifestaciones contrarias al Régimen y levantar el brazo con el puño cerrado; en 1941, un vecino que llevaba una escopeta sin licencia y se enfrentó con el guardia que trataba de registrarle, fue condenado a 6 años de prisión; en 1944, un padre y un hijo fueron procesados por pronunciar determinadas frases y porque se les encontró una pistola en un registro domiciliario, hecho este que fue el motivo para condenar a otro vecino, en ese mismo años, a seis años de cárcel; en 1945, nada menos que veintiséis vecinos fueron implicados en un supuesto ""complot comunista""; en 1947, Molina Cerdá fue acusado de tratar de reorganizar la CNT-FAI, y, finalmente, en 1952, otro vecino fue condenado por la Audiencia Provincial a 2 meses y 1 día de cárcel por injurias al jefe del Estado.
Pero el castigo posiblemente más desproporcionado y brutal que se produjo en la provincia de Alicante por hechos posteriores a abril de 1939 fue la condena a muerte, en 1940, de tres jóvenes, una muchacha, Josefa García García, y dos muchachos, José Nortes Esteban y José Manuel Sansano Navarro, que fueron acusados de colocar un pasquín en que se criticaba al Régimen y se elogiaba al PCE, que fue inmediatamente retirado por la guardia civil, por lo que nadie pudo leerlo, y de pintar de rojo los labios de un retrato de José Antonio. Otro joven, que fue precisamente el que escribió el pasquín, fue condenado a veinte años de prisión.
La represión contra las mujeres fue notable en Dolores. De varias, que fueron juzgadas en Consejo de guerra, desconocemos la sentencia. Una, Andrea Quesada, fue detenida cuando la guardia civil registró al casa en busca de su marido, aunque luego ella fue juzgada acusada de haber sido miliciana y haber pertenecido al PCE; María Gallardo fue condenada a 12 años por auxilio a la rebelión -en lo que influyó, sin duda, que su marido estaba exiliado en Francia-; Francisca Canales fue condenada a 8 años de prisión; Dolores Espada y Rosario González lo fueron por ""excitación a la rebelión"", básicamente por su propaganda de la causa republicana y sus ataques a Falange o al Ejército ""Nacional"".
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