Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca de la Vega Baja del Segura, que tenía 2.329 habitantes en 1930 y 2.633 en 1940. En Bigastro existió, hacia 1915, una sección de los Sindicatos Católicos que constituían la Federación Agraria Alicantina en la Vega Baja. Después se creó una Sociedad Obrera afecta a la UGT y una Agrupación Socialista que contaba con 14 militantes en 1936. También había militantes de CNT, PCE y SRI. Según fuentes propias, durante la guerra, el PCE solo existía allí "de nombre"", pues apenas tenía siete militantes. Entre CNT y UGT habían puesto en marcha una Colectividad Agrícola.
Durante la guerra, fueron asesinados dos vecinos de la localidad, un sacerdote y un jubilado de 76 años: según la Causa General, se ignoraba quiénes pudieron ser los autores de esos crímenes. Además, en agosto de 1936 fueron quemadas altares, imágenes, objetos de culto, decorados, ornamentos sagrados de la Iglesia Parroquial y de la Ermita del Santa Sepulcro. la Causa General consideró responsables a cuatro vecinos, pero luego los Consejos de guerra condenaron a varios más por estar de guardia en la noche en que se produjeron esos hechos y, en algún caso, a pesar de haber salvado de la quema algunos objetos de valor. Diez personas fueron declaradas desafectas.
Lógicamente, la mayoría de los represaliados durante el franquismo eran jornaleros del campo y fueron acusados de haber intervenido en la ya citada destrucción de objetos de culto, haber tenido algún cargo en la Colectividad, el ayuntamiento o los diversos Comités existentes, haber participado en incautaciones, haber ido voluntarios al frente y, sobre todo, haber simulado un ""paseo"" contra un vecino -que les denunció después de la guerra- para obligarle a confesar dónde se encontraban ocultos unos falangistas. Estos últimos, miembros del Comité Revolucionario, fueron los castigados con las penas más duras, entre 30 y 30 años de reclusión. Otros fueron condenados a 12 años y 1 día de reclusión menor por auxilio a la rebelión.
Estuvieron presos en las cárceles de Orihuela, Elche, el Reformatorio de Alicante, Novelda y el Penal de Formentera. Varios vecinos fueron enviados a trabajar en el pantano de Benagéber (Valencia), en la reconstrucción de Torres del Segre, o a los Batallones de Trabajadores de Punta Palomera y Villafría.
Diez vecinos fueron afectados por la Ley de Responsabilidades Políticas y una maestra, que fue sancionada con traslado forzoso dentro de la provincia por la Comisión Depuradora de la Enseñanza, fue la única mujer represaliada.
En agosto de 1943, diez vecinos fueron detenidos por la Guardia Civil, encerrados en la Prisión preventiva de Orihuela y puestos a disposición del Gobenador Civil, por considerar que, habiendo sido todos ellos ""elementos destacados en el campo marxista"", miembros casi todos del Comité Revolucionario responsable de los desmanes cometidos contra personas y bienes, sancionados en Consejo de Guerra con diversas penas y considerados peligrosos para la Causa Nacional, serían los cabecillas si surgiese ""un nuevo Frente Popular"" y cumplirían su afán de venganza. Aunque ""aparentemente se muestran pacíficos"", es de creer -se decía- que en sus conversaciones esperan ""el triunfo de las potencias comunistas mundiales"" y llegado ese caso, provocar alteraciones del orden público y tomar el poder y obtener un lucro personal, constituyéndose en los jefes de la nueva situación. El Gobernador Civil ordenó su puesta en libertad a las pocas semanas.
Sin embargo, en 1945 algunos volvieron a ser detenidos, en el marco del supuesto ""complot comunista"" que la policía ""desarticuló"" en toda la provincia: la mayoría fueron puestos en libertad al poco tiempo, pero otros fueron procesados por delito contra la forma de gobierno y alguno, condenado en Consejo de guerra. Hubo, pues, una constante presión y vigilancia sobre los vencidos. Todavía en 1949 catorce vecinos estaban en libertad vigilada en la localidad.
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