José Antonio Fernández Cabello
Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca del Alto Vinalopó, que tenía 3.287 habitantes en 1930 y 2.838 en 1940. Aunque el parecer, en 1916 existía una Agrupación Socialista que formaba parte de la Federación Socialista Valenciana, posiblemente entró en crisis después, pues ya no tenemos noticia de ella hasta los años de la República, cuando participaba en reuniones comarcales, aunque en 1938 figuraba entre las Agrupaciones que no estaban dadas de alta en el PSOE, posiblemente por falta de pago. En 1932 existía una Sociedad Agrícola afecta a la UGT, que era el sindicato mayoritario. Durante la guerra creó una Cooperativa Agrícola, cosa que también hicieron la Federación Provincial Campesina y la CNT, que contaba con un Sindicato Único de Trabajadores. El radio del PCE tenía muy escasa implantación, pero había colaborado con otras fuerzas implantadas en la localidad -IR, PSOE, JSU, Mujeres Antifascistas, SRI- en la organización de actos en recuerdo de la revolución rusa y de la resistencia del pueblo de Madrid contra el fascismo.
Durante la guerra, treinta y siete vecinos fueron declarados “desafectos” a la República y no hubo víctimas mortales de la represión republicana, aunque en el término municipal fueron encontrados los cadáveres de quince personas, vecinos de Elda, Novelda, Tibi, Yecla y Banyeres. Según la Causa General, en el verano de 1936 fueron saqueadas la Iglesia parroquial, la Iglesia de San Miguel, el Santuario de la Virgen de Gracia y varias ermitas, siendo quemadas imágenes -a veces, de propiedad particular- y objetos sagrados. Además, el Frente Popular se incautó de fincas rústicas y urbanas, con sus muebles, ropas, cosechas y utensilios, en 1936 y 1937.
Siendo Biar un municipio agrícola, la mayoría de los represaliados por el franquismo eran trabajadores de la tierra, aunque encontramos también entre ellos a personas de otros oficios -carpintero, alpargatero, barbero, tejero, herrero, alfarero, oficinista, dependiente, leñador, cartero- y a un secretario del Ayuntamiento, un médico, un abogado y varios maestros -casi todos, afectos a las Colonias Escolares establecidas en la localidad-.
Fueron acusados de los delitos citados en la Causa General; haber desempeñado algún cargo en el Consejo Municipal y los diversos Comités existentes durante la contienda -Frente Popular Antifascista, Evacuados, Incautación de Fincas, Orden Público, etc-, así como en partidos y sindicatos; haber sido milicianos y haber marchado voluntariamente al frente -varios, en el Batallón “Alicante Rojo”-, haber intervenido en registros, incautaciones, exigencias de dinero a personas de derechas, la tala de pinos o el saqueo del cuartel de la guardia civil. En 1944, varios vecinos -entre ellos, las cuatro únicas mujeres represaliadas- fueron procesados por el saqueo de un domicilio particular, pero se tuvo en cuenta la "relativa trascendencia de los hechos" y la penalidad que en su día pudieran haber recibido por ellos. También se castigó a ocho soldados que escribieron a la localidad una carta en que pedían que se diera el “paseo” al padre de un vecino que se había pasado a las filas rebeldes. Como solía suceder, algunos vecinos que en un primer momento no fueron procesados, lo fueron en 1943 como consecuencia del informe remitido al fiscal de la Causa General, aunque desconocemos las condenas, si las hubo.
No hubo condenas a muerte, seis vecinos fueron condenados por adhesión a la rebelión -entre 30 años y 20 años y 1 día de reclusión mayor- y el resto lo fue por auxilio o excitación a la rebelión, a penas que oscilaron entre los 20 años y los 12 y 1 día de reclusión menor, o los 12 años y los 2 años de prisión. Estuvieron presos, bien preventivamente o cumpliendo condena, en Villena, Novelda, Monóvar, Elche, Orihuela y el Reformatorio de Alicante, en la provincia; en los penales de Formentera y El Dueso, y las cárceles de Lérida y Alcañiz, etc. Algunos fueron enviados a Batallones de Soldados Trabajadores en Alsásua, Villafría y otras localidades.
La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a treinta y un vecinos, que en su mayoría fueron condenados a inhabilitación, dada su insuficiencia económica para pagar una multa. Un vecino de Biar, Francisco Vidal Bernabeu, murió en prisión de una neumonía. Por hechos posteriores a abril de 1939 fueron investigados dos vecinos, uno por determinadas amenazas, en relación con la evolución de la guerra mundial, y otro en el contexto de la represión general que se produjo en la provincia en 1945: éste, Joaquín Sarrió, ya había sido condenado a 30 años de reclusión y al poco tiempo de salir en libertad fue de nuevo procesado y pasó varios meses en prisión.