Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca del Comtat, que tenía 1.849 habitantes en 1930 y 1.921 en 1940. Predominaban entre las fuerzas políticas y sindicales de Beniarrés la Agrupación Socialista, que contaba con 25 militantes en 1936, y la UGT, aunque también existían durante la guerra IR y un Radio del PCE, integrado en la comarcal de Alcoi, la JSU y la Federación Provincial Campesina.
Durante la guerra no hubo víctimas ni fue declarado faccioso ningún vecino. Según la Causa General, en septiembre de 1936 se produjo la destrucción de altares y la quema de imágenes y confesionarios de la Iglesia Parroquial. Además, hubo incautación de todas las posesiones de algunas personas de orden y de derechas, y continuas peticiones de dinero, aunque en pequeña cuantía, a personas de derechas. Asimismo, la Causa General aseguraba que cuatro vecinos “adictos al Movimiento Nacional” fueron amenazados y presionados con un simulacro de fusilamiento para que confesasen dónde tenían escondidas las armas.
Se produjeron numerosas detenciones de vecinos de Beniarrés durante las primeras semanas después de terminar la guerra y fueron muchos los juzgados y condenados posteriormente; eran, en su mayoría, jornaleros agrícolas, alpargateros o albañiles y fueron acusados de los delitos citados en la Causa Geneal, pero también de desempeñar cargos directivos en el Ayuntamiento o los Comités. No hubo ninguna condena a muerte, tres vecinos fueron condenados por adhesión a la rebelión y el resto, a penas muy diversas, por auxilio o excitación a la rebelión. Estuvieron presos en las cárceles de Alcoi, Elche y Alicante, uno fue enviado al penal de Formentera (Baleares) y varios afrontaron trabajos forzados en Lérida -Puentes y Caminos de Cataluña-, Miraflores de la Sierra -construcción del ferrocarril Madrid-Burgos- y Toledo, a disposición del Destacamento de Regiones Devastadas.
Nada menos que veintidós vecinos fueron expedientados por el Tribunal de Responsabilidades Políticas. Dos exiliados fueron autorizados a regresar temporalmente en los años cincuenta. No hubo ninguna mujer represaliada.
Según se desprende de la sentencia de un Consejo de guerra que juzgó, el 25-III-1940, a numerosos vecinos de la localidad, en agosto de 1936 se produjo en Beniarrés la muerte violenta de Marcos Carmona Íñigo, jefe de los comunistas de la localidad, condenado dos veces por homicidio –uno de ellos, cometido en la propia Beniarrés- que había sido excarcelado al principio de la guerra y se presentó en la localidad con otros “foragidos”, armados de pistolas ametralladoras, sembrando el pánico y amenazando a todos, por lo que el Comité Revolucionario, sin distinción de ideologías y con el apoyo de todo el pueblo, decidió eliminarlo: se citaba a algunos vecinos como “presentes en la ejecución”, pero luego no se tomó en consideración ese hecho a la hora de dictar sentencia, por lo que solo fueron condenados por auxilio a la rebelión, por otras acusaciones.