Francisco Moreno Sáez
Localidad perteneciente a la comarca del Vinalopó Mitjá, que tenía 9.508 habitantes en 1930 y 10.349 en 1940. Aunque predominaba la actividad agrícola, existían también una importante industria dedicada a la extracción de mármol en las canteras y otra a la producción del calzado. A principio del siglo XX y a pesar de la creación, como en otros lugares de la provincia, de "La Unión Católica", el movimiento obrero estuvo coordinado por los socialistas, que en 1900 organizaron ya una sociedad obrera, "La Emancipación". Los esfuerzos llevados a cabo por los socialistas desde Alicante y Elche culminaron en 1903 con la aparición de la Agrupación Socialista local.
En la segunda década del siglo XX, la mujer se fue incorporando lentamente a las luchas sindicales y políticas. Salvo los Alpargateros, la mayoría de las Sociedades Obreras todavía no se habían incorporado a la UGT, se creó la Juventud Socialista -con unos treinta afiliados- y la Agrupación Socialista travesó algunas crisis internas. Existía un Centro Obrero, en el que había una escuela. a en torno a 1920, los obreros agrícolas de la localidad, más de seiscientos, se integraron en la Federación Comarcal Agraria, impulsada por la UGT desde Villena. Estaban también organizados los Albañiles, los Canteros y Marmolistas -unos cuarenta afiliados-, los Escoberos -unos veinte afiliados- y los Constructores de Suelas y Alpargateros, además de la Sociedad de Oficios Varios "La Emancipación". La presencia de anarquistas y comunistas era muy escasa aún.
Durante la República se mantuvo la hegemonía socialista y sus candidatos obtuvieron una buena respuesta electoral. La Agrupación Socialista tenía unos setenta afiliados entre 1933 y 1935, llegó, según algunas fuentes, a los doscientos en 1936 para bajar después a ochenta y tres en 1937 y a setenta y cinco en 1938. El PCE creció mucho durante la guerra1, con diversas células y comités de fábrica, publicaban el semanario Pluma Roja -que competía con el socialista Reflejos-, tenían una fuerte presencia en UGT y JSU, contaban con cinco concejales y, como en tantos otros lugares, mantenían difíciles relaciones con otros partidos y sindicatos. La incorporación al frente de muchos de sus militantes repercutió en la organización local y comarcal del PCE. Crearon asimismo una sección de la Federación Provincial Campesina, así como una Cooperativa Agrícola. Otras fuerzas políticas y sindicales existentes en Novelda durante la guerra fueron la CNT, IR y UR.
Según la Causa General, la represión republicana se cobró la vida de veinte vecinos y más de cincuenta fueron declarados "desafectos", por lo que les fueron incautados algunos de sus bienes. Seis de las víctimas eran sacerdotes y el resto falangistas, tradicionalistas o miembros de las organizaciones de derechas. Cuatro fueron fusilados junto a José Antonio Primo de Rivera y su filiación sirvió, después de la guerra, para simbolizar la unidad entre falangistas y tradicionalistas. Además, fue incendiado el Centro de Acción Social Católica, fueron asaltadas la Iglesia Parroquial de San Roque y la ermita de La Mola -siendo destrozados altares e imágenes y robados objetos de culto y ornamentos- y fueron demolidos algunos edificios, entre ellos la iglesia del Sagrado Corazón, por orden del Frente Popular.
Los represaliados durante el franquismo eran, predominantemente, trabajadores agrícolas y canteros, y en menor medida, alpargateros, escoberos, oficinistas, comerciantes, albañiles, barberos, chóferes, tipógrafos, ferroviarios o carpinteros, entre otros oficios, mientras que las represaliadas eran maestras o se dedicaban a sus labores. Fueron acusados, además de los delitos arriba mencionados, por haber sido milicianos o voluntarios al frente -varios, en el Batallón "Alicante Rojo"-, haber intervenido en denuncias, detenciones, incautaciones y requisas, haber exaltado la causa roja y haber hecho propaganda de la misma, haber alcanzado graduación en el ejército republicano o haber sido comisario, haber sido concejal o dirigente político y sindical, haber sido testigo de cargos y -en especial a las mujeres- haber intervenido en manifestaciones.
Treinta vecinos fueron condenados a muerte, aunque a cinco de ellos se les conmutó la pena por la inmediatamente inferior; otros quince fueron también condenados por adhesión a la rebelión, a penas superiores a los veinte años y un día. Varios de los condenado a la última pena lo fueron por haber, supuestamente, intervenido en la muerte de un soldado en el frente, acusado de haber tratado de pasarse a las filas del ejército sublevado, que no fue denunciada en la Causa General. Los condenados por auxilio a la rebelión lo fueron, sobre todo, a veinte o doce años y un día de reclusión menor. En julio de 1941 fueron juzgadas conjuntamente casi treinta personas y la mayoría fueron absueltas: se las acusaba de haber firmado una denuncia contra un vecino que no se había incorporado a filas y que meses después desapareció en el frente.
Estuvieron presos en las cárceles de la provincia -la propia Novelda, en cuyo taller de escobas muchos presos redimieron pena por el trabajo, el Reformatorio de Alicante, Elche, Monóvar, Orihuela-, a las que llegaron en varios casos procedentes de campos de concentración y cárceles de otras provincias, como Trillo, Burgo de Osma o San Juan de Mozarrifar. Fueron trasladados después algunos a los penales de El Dueso, Formentera o San Miguel de los Reyes, o bien llevados a trabajar en Belchite, Alcalá de Henares Talavera y Añover del Tajo, Dos Hermanas, Teruel, Lleida, Viella y el Batallón de Soldados Trabajadores nº 63, en Valencia.
La Ley de Responsabilidades Políticas se aplicó a más de ciento veinte vecinos, la inmensa mayoría de los cuales, dada su insuficiencia económica, fue condenada a dos años de inhabilitación. Hubo cinco vecinos investigados por el Tribunal de Represión de la Masonería, tres de los cuales habían pertenecido a alguna logia en Tenerife, Valencia o Alicante. Dos vecinos de Novelda fueron internados en los campos de exterminio nazis, consiguiendo uno de ellos sobrevivir. Otros dos murieron en la cárcel. La represión contra las mujeres, aunque afectó a pocas --entre ellas, varias maestras-, tuvo unas características muy especiales: en algunos casos, se las persiguió por su relación familiar con condenados a muerte o exiliados y por tratar de sobrevivir en unas dificilísimas condiciones económicas.
Un Juzgado Militar condenó, en 1940, a varios dirigentes del Frente Popular local a indemnizar a un vecino y al Casino, al que tenían que abonar mancomunadamente cerca de veinte mil pesetas, aunque creemos que ello no sería posible, pues algunos estaban en el extranjero y otros eran absolutamente insolventes.
Fueron muchos los noveldenses que marcharon al exilio, al Norte de África, Francia y la URSS, para donde salieron varios niños en 1937. Los dos exiliados más destacados fueron el socialista Francisco Alted Palomares y el comunista José Navarro Díez. En cuanto a la represión por hechos posteriores a abril de 1939, hay que destacar las detenciones que tuvieron lugar en 1945, 1946, 1947 y 1957 y que afectaron a miembros de la JSU, el PCE y Unión Nacional, es decir, a los comunistas.
De los malos tratos a que fueron sometidos muchos de los vencidos apenas ha quedado rastro en la documentación oficial. Sin embargo, en junio de 1944, cuando estaba en libertad condicional, José María Domenech Galiana fue agredido por varios falangistas –cuyos nombres constan en el informe de la Guardia Civil y entre los que estaban las máximas jerarquías locales- y encarcelado en el depósito municipal. El médico José Abad constató las lesiones, de carácter reservado, en cabeza, espalda y otros lugares. El alcalde puso al detenido a disposición del Juez de Instrucción e informó al Gobernador Civil de que el hecho había producido “verdadera indignación entre este vecindario formulándose juicios sumamente desfavorables” para los agresores. Lo mismo podemos decir sobre la represión económica, aunque sabemos de alguna acusación -fruto de las luchas internas entre los vencedores- a un vecino de haberse apropiado de bienes de marxistas declarados rebeldes mediante dudosos procedimientos legales2.
1. Sobre el desarrollo del PCE en Novelda, véase el artículo de Antonio J. Piqueres Díez, “Aportaciones al conocimiento de la guerra civil en Novelda”, en Revista del Vinalopó, nº 11, Centre d’Estudis Locals del Vinalopó. Petrer, 2008, págs. 161-187.
2. AHPA. Fondo Gobierno Civil. Legajo 777